¿Se puede trabajar con el supraespinoso roto?

En una sociedad cada vez más orientada al trabajo físico e intelectual, una lesión como la rotura del tendón del supraespinoso puede ser una fuente de preocupación para muchas personas.

En este artículo, analizaremos de manera detallada si es posible trabajar con el supraespinoso roto y cómo se puede manejar esta situación para minimizar su impacto en la calidad de vida.

¿Qué es el supraespinoso?

El supraespinoso es uno de los cuatro músculos que componen el manguito de los rotadores del hombro. Está ubicado en la parte superior del hombro y se extiende desde la escápula hasta el hueso del brazo (húmero). Su forma y ubicación le permiten desempeñar un papel crucial en la estabilidad y el movimiento del hombro.

Su principal función es la de iniciar el movimiento de abducción del hombro, es decir, alejar el brazo del cuerpo. Además, también participa en otros movimientos del hombro, como la rotación externa y la estabilización de la articulación del hombro durante los movimientos del brazo.

El supraespinoso trabaja en conjunto con los otros músculos del manguito de los rotadores para proporcionar estabilidad y control al hombro. Estos músculos trabajan en sinergia para permitir una amplia gama de movimientos del brazo y evitar lesiones o dislocaciones.

¿Qué significa una rotura del supraespinoso?

Una rotura del supraespinoso se produce cuando el tendón que une este músculo al hueso se desgarra, ya sea parcial o totalmente. Las roturas del supraespinoso son bastante comunes, especialmente entre las personas de edad avanzada y en aquellas que realizan actividades que requieren movimientos repetitivos del hombro.

Las roturas pueden ocurrir como resultado de una lesión aguda, como una caída o un traumatismo directo en el hombro, o como resultado del desgaste gradual del tendón debido al envejecimiento o el uso repetitivo.

Algunos factores de riesgo para desarrollar una rotura del supraespinoso incluyen la práctica de deportes que involucran lanzamientos repetitivos (como el béisbol), movimientos repetitivos del brazo en el trabajo (como el levantamiento de objetos pesados), degeneración del tendón debido al envejecimiento y debilidad muscular.

Los síntomas de una rotura del supraespinoso pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión, pero pueden incluir dolor en el hombro, debilidad en el brazo afectado, dificultad para levantar objetos pesados, limitación en el rango de movimiento y sensación de crujido o chasquido al mover el hombro.

Impacto de la rotura del supraespinoso en la capacidad laboral

La respuesta a la pregunta «¿se puede trabajar con el supraespinoso roto?» depende en gran medida del tipo de trabajo que se realice. En general, se pueden considerar dos tipos de trabajo: aquellos que requieren esfuerzo físico y aquellos que no lo requieren.

Trabajos físicos y la rotura del supraespinoso

Los trabajos que requieren esfuerzo físico, especialmente aquellos que involucran el uso repetitivo del hombro, pueden ser más difíciles de realizar con una rotura del supraespinoso. Ejemplos de estos trabajos incluyen la construcción, la jardinería, los deportes profesionales, entre otros.

En estos casos, es importante buscar atención médica para evaluar el alcance de la lesión y determinar el mejor curso de acción. Dependiendo de la gravedad de la rotura, puede ser necesario someterse a fisioterapia para fortalecer los músculos del hombro, usar férulas o soportes para el hombro para proporcionar estabilidad adicional.

O modificar las tareas laborales para evitar movimientos que agraven la lesión o, en algunos casos, considerar la cirugía para reparar el tendón desgarrado.

Alternativas y adaptaciones para trabajos físicos

Aunque puede ser complicado, existen adaptaciones y alternativas que pueden permitir a una persona con una rotura del supraespinoso continuar trabajando en empleos que requieren esfuerzo físico.

Estas adaptaciones pueden incluir modificaciones en las técnicas de trabajo, el uso de herramientas o equipos especializados para reducir la carga en el hombro, la redistribución de las tareas laborales para evitar movimientos repetitivos del hombro y el seguimiento regular con profesionales de la salud para controlar y gestionar la lesión de manera adecuada.

Trabajos no físicos y la rotura del supraespinoso

Por otro lado, los trabajos que no requieren esfuerzo físico, como los trabajos de oficina, deberían ser posibles de realizar con una rotura del supraespinoso, aunque puede haber algunas molestias.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que incluso en trabajos no físicos, pueden existir tareas que involucren movimientos del hombro, como levantar objetos livianos o manipular archivos.

Adaptaciones para trabajos no físicos

Para minimizar las molestias en un trabajo no físico con una rotura del supraespinoso, se pueden tomar medidas como hacer pausas regulares para estirar y descansar el hombro, usar una almohadilla de hielo para reducir la inflamación, y realizar ejercicios de fisioterapia recomendados por un profesional para fortalecer los músculos circundantes.

Además, es recomendable buscar atención médica para evaluar la lesión y determinar si es necesaria la cirugía u otro tipo de tratamiento. Los médicos y fisioterapeutas pueden brindar recomendaciones específicas y ajustes personalizados para el entorno de trabajo.

Como cambiar la configuración del escritorio, utilizar una silla con apoyo para el brazo o implementar herramientas ergonómicas que ayuden a reducir la tensión en el hombro afectado.

Sí, se puede trabajar con el supraespinoso roto

En resumen, aunque una rotura del supraespinoso puede ser una lesión grave, en muchos casos es posible continuar trabajando, aunque puede ser necesario hacer ajustes en el entorno de trabajo y en las tareas laborales. Es crucial buscar atención médica para evaluar la lesión y obtener recomendaciones personalizadas.

Cada persona es diferente y la capacidad para trabajar con una rotura del supraespinoso puede variar dependiendo de la gravedad de la lesión, el tipo de trabajo, y la salud general del individuo.

Por lo tanto, la colaboración con profesionales de la salud y, en algunos casos, con el empleador, puede ser clave para manejar de la mejor manera posible esta situación.