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Psicología

Cómo se pasa de liar un porro a las drogas pesadas: posibles escenarios

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Como liar un porro

El consumo de cannabis, también conocido como marihuana, ha sido objeto de debate durante mucho tiempo en cuanto a su relación con el uso de drogas más duras.

Aunque algunos argumentan que el cannabis actúa como una «puerta de entrada» hacia drogas más peligrosas, este tema es complejo y no puede simplificarse en una afirmación general. Aquí exploramos este fenómeno y cómo puede ocurrir esta transición.

Cuando aparecieron las drogas?

Las drogas, entendidas como sustancias con efectos psicoactivos, han estado presentes en diversas sociedades desde tiempos inmemoriales.

Algunas culturas antiguas, como los aztecas y los mayas, usaban plantas naturales con propiedades psicoactivas en rituales y prácticas medicinales.

Sin embargo, las drogas en la forma que las conocemos hoy en día – procesadas, potentes y a menudo ilegales – realmente comenzaron a aparecer en los siglos XIX y XX.

La morfina, por ejemplo, se aisló por primera vez a principios del siglo XIX y se utilizó extensamente en la medicina durante la Guerra Civil Americana.

La heroína se sintetizó poco después, a finales del siglo XIX, y se comercializó originalmente como un remedio para la tos y una alternativa «no adictiva» a la morfina. La cocaína también se aisló en el siglo XIX y se utilizó inicialmente en medicina y en refrescos populares.

Las anfetaminas se desarrollaron a principios del siglo XX y se usaron para una variedad de propósitos médicos, desde el tratamiento del asma hasta la narcolepsia. El LSD fue sintetizado por primera vez en 1938 y se utilizó en la investigación psiquiátrica y psicológica en los años 50 y 60.

Cuántos tipos de drogas existen?

El número exacto de tipos de drogas existentes es difícil de cuantificar debido a la constante aparición de nuevas sustancias, especialmente con la proliferación de las llamadas «drogas de diseño».

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS, aquí te dejamos un enlace a su apartado dedicado al Abuso de Sustancias) clasifica las drogas en cuatro categorías principales: depresoras, estimulantes, opiáceos y alucinógenas.

Las depresoras, como el alcohol y los benzodiacepinas, disminuyen la actividad del sistema nervioso central. Los estimulantes, como la cocaína y las anfetaminas, aceleran la actividad del sistema nervioso central.

Los opiáceos, como la heroína y la morfina, producen una sensación de euforia y alivio del dolor. Finalmente, los alucinógenos, como el LSD y la psilocibina, alteran la percepción y pueden causar alucinaciones.

Cuáles son las menos y más peligrosas?

La peligrosidad de una droga puede medirse por su potencial de daño físico, su potencial de adicción y su capacidad para inducir comportamientos peligrosos o perjudiciales.

Según una investigación publicada en la revista The Lancet en 2010, que clasificó 20 drogas según su daño para los individuos y la sociedad, el alcohol se considera la droga más dañina, seguida de la heroína y la cocaína. El cannabis, la kétamina y el éxtasis se encuentran en la mitad inferior de la lista.

Es importante recordar que la peligrosidad de una droga puede ser muy dependiente del contexto.

Por ejemplo, el alcohol puede ser consumido con seguridad en moderación por muchos adultos, pero puede ser muy dañino si se abusa de él o si se consume en ciertas circunstancias, como durante el embarazo o antes de conducir.

Cuanta gente muere relacionada con las drogas ligeras en el mundo?

Determinar la cantidad exacta de muertes relacionadas con las drogas «ligeras» puede ser complicado, ya que a menudo las muertes por drogas se informan en conjunto, sin desglosar por tipo de droga.

Sin embargo, según el Informe Mundial sobre las Drogas de las Naciones Unidas de 2021, se estima que en 2019 murieron 585,000 personas debido a problemas de salud relacionados con el consumo de drogas.

En cuanto al cannabis, la droga ligera más comúnmente utilizada, es extremadamente raro que su uso directo cause la muerte. Sin embargo, puede contribuir a muertes indirectas, por ejemplo, si alguien conduce bajo los efectos del cannabis y causa un accidente.

Las muertes relacionadas con drogas ligeras también pueden ser indirectas, por ejemplo, si el consumo de drogas lleva a comportamientos peligrosos o a la contracción de enfermedades transmisibles como el VIH.

El concepto de la teoría de la «puerta de entrada»

¿Qué es la teoría de la «puerta de entrada»?

La teoría de la «puerta de entrada» es una hipótesis que sugiere que el consumo de drogas más leves, como el cannabis, puede predisponer a las personas a probar drogas más fuertes y potencialmente más peligrosas en el futuro.

El nombre viene de la idea de que ciertas drogas actúan como una «puerta» que, una vez abierta, puede llevar a un individuo a recorrer un camino de experimentación con drogas más duras.

Esto se basa en la observación de que muchas personas que usan drogas duras, como la heroína o la cocaína, informan haber comenzado su uso de drogas con sustancias más leves. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta es una correlación observada y no necesariamente implica una relación causal.

La controversia de la teoría de la «puerta de entrada»

A pesar de su popularidad en algunos círculos, la teoría de la «puerta de entrada» es un tema de gran debate en la comunidad científica.

Si bien es cierto que algunas personas que consumen drogas pesadas informan haber comenzado con el cannabis u otras drogas leves, la mayoría de los consumidores de cannabis nunca pasan a drogas más fuertes.

Esto sugiere que otros factores, además del uso de cannabis, deben estar en juego para facilitar la transición al uso de drogas duras.

Además, es importante considerar factores socioeconómicos, ambientales y psicológicos que pueden jugar un papel crucial en la progresión del uso de drogas.

Por ejemplo, factores como la pobreza, la inestabilidad familiar, la presencia de trastornos de salud mental y la exposición al crimen y la violencia se han asociado con un mayor riesgo de uso de drogas duras.

Factores que pueden llevar al consumo de drogas más duras

Factores Socioeconómicos y Ambientales

Existen muchos factores en el entorno de una persona que pueden contribuir a un mayor riesgo de usar drogas más duras. Esto puede incluir la presencia de trauma, como abuso físico o sexual, que a menudo se asocia con un mayor riesgo de problemas de abuso de sustancias en el futuro.

La falta de una red de apoyo social también puede ser un factor de riesgo. Las personas que se sienten solas o aisladas pueden ser más propensas a buscar consuelo en las drogas.

La pobreza y la falta de oportunidades también pueden ser factores contribuyentes, ya que las personas que se encuentran en situaciones desesperadas pueden recurrir a las drogas como una forma de escapar de sus problemas.

La presión de grupo

La presión de grupo puede ser un factor significativo que conduce al uso de drogas más duras, especialmente entre los adolescentes y los jóvenes adultos.

En algunos entornos sociales, el uso de drogas puede ser visto como una forma de encajar o ser aceptado por un grupo de pares. Además, los individuos pueden sentirse presionados para probar drogas más potentes por amigos o conocidos que ya las están usando.

Factores psicológicos

El consumo de drogas a menudo está vinculado a problemas de salud mental. Las personas con trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad o el trastorno por estrés postraumático, pueden utilizar las drogas como una forma de automedicarse y aliviar sus síntomas.

Esto puede llevar al uso de drogas más duras a medida que las personas buscan formas más potentes de aliviar su malestar.

Además, algunas personas pueden ser más propensas a la adicción debido a su constitución genética o a sus patrones de pensamiento y comportamiento.

Por ejemplo, las personas que tienen una tendencia a buscar emociones fuertes o que tienen dificultades para resistir la gratificación inmediata pueden ser más propensas a experimentar con drogas duras.

Prevención y educación

La prevención y la educación son elementos clave para mitigar el riesgo de progresión del consumo de drogas. Es crucial que se promueva una comprensión adecuada de los riesgos asociados con el uso de drogas en la educación de los jóvenes.

Esto incluye tanto la educación formal en la escuela como la educación en el hogar por parte de los padres y otros adultos de confianza.

Es importante que los programas de educación sobre drogas sean basados en la evidencia y enfocados en la prevención. Esto puede incluir la enseñanza de habilidades de vida, como la toma de decisiones y la resolución de conflictos, así como información precisa y sin juicios sobre las drogas y sus efectos.

Además de la educación, también es esencial proporcionar apoyo y recursos para quienes luchan contra la adicción. Esto puede incluir el acceso a programas de tratamiento de la adicción, apoyo para la salud mental y programas de reducción de daños para aquellos que no pueden o no están listos para dejar de usar drogas.

Finalmente, es importante abordar los factores socioeconómicos y ambientales que contribuyen al abuso de drogas. Esto puede incluir esfuerzos para reducir la pobreza y la desigualdad, mejorar el acceso a la atención de la salud mental y promover entornos familiares y comunitarios saludables y seguros.

Un problema siempre actual

En conclusión, el paso de fumar cannabis a usar drogas más duras es un proceso complejo que puede ser influenciado por una multitud de factores.

Aunque existe el potencial de que el cannabis actúe como una «puerta de entrada» para algunas personas, esta transición no es inevitable y es mucho más probable que ocurra en presencia de otros factores de riesgo.

La mejor estrategia para prevenir esta transición es a través de la educación, la prevención y el apoyo a quienes luchan contra el consumo de drogas.

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