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Elaboración del hachís: ciencia y tradición combinadas

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tableta de hachis cortada

Entre las drogas ligeras, el hachis es una de las más populares. Pero: ¿cómo se hace? Te guiamos en este viaje entre química y curiosidades.

El hachís ha sido utilizado desde hace milenios en diversas culturas y regiones del mundo. Su producción y consumo, que siempre ha suscitado controversia, se han visto influenciados por factores culturales, religiosos, económicos y legales.

En este artículo, nos sumergiremos en el fascinante mundo del hachís para conocer sus orígenes, cómo se produce y las implicaciones legales y de salud relacionadas con su consumo en España.

¿Qué es el hachís?

Definición

El hachís es una sustancia derivada de la planta de cannabis. Se produce a partir de la resina y las glándulas tricomas de la planta. Estas glándulas son ricas en THC (tetrahidrocannabinol), el principal compuesto psicoactivo del cannabis.

Es importante destacar que el hachís es una concentración de estos compuestos, lo que significa que, en general, es mucho más potente que el cannabis en su forma de flor.

Historia y origen

Se considera que el hachís tiene sus raíces en Asia Central y el subcontinente indio. Su uso, que data de hace miles de años, se ha registrado en textos antiguos de la India y Persia. Durante siglos, ha sido utilizado tanto con fines recreativos como medicinales en diferentes culturas.

De Asia, su uso se extendió a Medio Oriente y África del Norte a través de rutas comerciales y expediciones. Eventualmente, llegó a Europa, donde experimentó un aumento en popularidad en el siglo XIX y principios del XX.

¿Cómo se hace el hachís?

Composición química

Además del THC, el hachís contiene una variedad de otros cannabinoides, como el CBD (cannabidiol), que tiene propiedades antiinflamatorias y ansiolíticas.

Los terpenos y flavonoides presentes influyen no solo en el sabor y aroma del hachís, sino que también pueden jugar un papel en sus efectos al interactuar con los cannabinoides en lo que se conoce como el «efecto séquito». Esto sugiere que los compuestos del cannabis trabajan juntos, potenciando y moderando mutuamente sus efectos.

Tipos de hachís

El hachís se clasifica según su método de extracción y origen:

  • Hachís de mano o Charas: Tradicional de la región del Himalaya, se produce frotando las flores frescas entre las manos, lo que permite que la resina se adhiera a la piel y luego se recoja.
  • Hachís seco o Kief: Es el resultado de tamizar las flores de cannabis secas a través de una malla, separando así los tricomas del material vegetal.
  • Hachís de agua o Ice-o-lator: Este método utiliza agua y hielo para separar los tricomas de la materia vegetal. Posteriormente, se filtra a través de mallas de diferentes tamaños para obtener una resina pura.

La producción del hachís paso a paso

Hachís de mano o Charas:

Este es uno de los métodos más antiguos y tradicionales, especialmente popular en la región del Himalaya.

  1. Recolección: Selecciona flores de cannabis frescas y maduras.
  2. Frotación: Con las manos limpias, frota suavemente las flores entre tus manos. La resina de los tricomas se adherirá a tu piel.
  3. Recopilación: Una vez que hayas frotado suficiente cannabis y tus manos estén cubiertas con una capa de resina pegajosa, comienza a raspar y formar pequeñas bolas o cilindros con la resina acumulada.
  4. Curado: Almacena el hachís en un lugar fresco y oscuro para que se endurezca y madure.

Hachís seco o Kief:

Este método se basa en el tamizado de la materia vegetal seca.

  1. Secado: Seca las flores de cannabis completamente.
  2. Tamizado: Utiliza una malla o tamiz sobre un recipiente. Desmenuza y agita el cannabis seco sobre la malla, lo que hará que los tricomas se separen y caigan en el recipiente.
  3. Recolección: El polvo resultante, conocido como kief, es una forma primaria de hachís. Puede consumirse así o prensarse para formar bloques de hachís.

Hachís de agua o Ice-o-lator:

Este método utiliza agua fría para separar los tricomas.

  1. Preparación: Coloca el cannabis en un recipiente con agua y hielo.
  2. Agitación: Agita la mezcla vigorosamente. Los tricomas, al ser más densos que el agua, se separarán de la materia vegetal.
  3. Filtrado: Utiliza bolsas filtrantes o mallas de diferentes tamaños para filtrar la mezcla. Los tricomas se quedarán en las mallas, mientras que la materia vegetal y el agua pasan a través de ellas.
  4. Secado: Retira con cuidado la resina de las mallas y colócala sobre papel de hornear. Deja que se seque completamente.
  5. Prensado: Una vez seco, el hachís puede prensarse en bloques o consumirse en su forma granulada.

Efectos y riesgos para la salud

Efectos inmediatos

El hachís induce efectos psicoactivos que pueden variar según la cantidad consumida, la potencia del hachís y la tolerancia del individuo. Estos efectos incluyen euforia, relajación, aumento del apetito, alteraciones sensoriales, y cambios en la percepción del tiempo y espacio.

Riesgos y consecuencias a largo plazo

Un uso constante y prolongado del hachís puede generar dependencia psicológica. Además, su consumo frecuente está vinculado a problemas de memoria, disminución en la capacidad de concentración, afectación pulmonar y alteraciones en la capacidad cognitiva.

Se ha observado que el consumo a largo plazo, especialmente en individuos jóvenes, puede estar asociado con trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.

¿Qué dice la ley en España?

Legislación actual

En España, el consumo privado y la posesión de hachís para consumo personal en lugares no públicos no son considerados delitos. Sin embargo, están penalizados administrativamente. Está estrictamente prohibida la venta, el tráfico y la producción a gran escala, considerándose estos como delitos contra la salud pública.

Consecuencias legales

La producción o venta de hachís en España puede resultar en penas de prisión que varían según la cantidad y si se considera tráfico a pequeña o gran escala. Las multas pueden ser muy elevadas, especialmente si se determina que hay una intención de distribución. Por otro lado, la posesión para consumo personal, si es en lugares públicos, puede acarrear multas y la confiscación de la sustancia.

Una de las drogas más consumidas

El hachís es una sustancia con una larga historia y múltiples facetas. Aunque su producción y consumo pueden parecer sencillos, es esencial entender sus riesgos y las implicaciones legales asociadas, en especial en un contexto como el español. Como con cualquier sustancia, la información y la prudencia son clave.

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