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Como empezar una redaccion: guía rápida para futuros periodistas

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Como empezar una redaccion

Empezar una redacción puede ser uno de los desafíos más intimidantes en el ámbito de la escritura. Puedes tener una idea brillante, pero a menudo es difícil traducirla en palabras de manera coherente y atractiva.

Por fortuna, hay técnicas y consejos probados que pueden facilitarte esta tarea. Este artículo te proporcionará consejos útiles y relevantes para empezar una redacción, asegurándote una escritura eficaz.

Como empezar una redaccion:: comprende bien el tema

Para asegurarte de comprender bien el tema sobre el que vas a escribir, es importante realizar una investigación exhaustiva antes de comenzar. Esto implica recopilar información relevante y actualizada sobre el tema en cuestión, especialmente si es algo con lo que no estás familiarizado.

Puedes consultar libros, artículos académicos, sitios web confiables y otras fuentes para obtener una visión más completa del tema. Al investigar, es útil tomar notas y destacar los puntos clave que encuentres, lo que te permitirá tener una base sólida sobre la cual construir tu redacción.

Investiga antes de empezar

La investigación es un paso crucial antes de comenzar a redactar. Además de recopilar información, también debes comprender diferentes perspectivas y enfoques relacionados con el tema. Esto te ayudará a tener una visión más amplia y objetiva, lo cual es esencial para desarrollar argumentos sólidos y respaldados por evidencia.

Al investigar, puedes descubrir nuevas ideas, datos interesantes y conexiones inesperadas que enriquecerán tu redacción. No subestimes la importancia de investigar adecuadamente, ya que es el fundamento sobre el cual se construirá todo tu trabajo.

Identifica la intención

Después de comprender el tema, es esencial identificar la intención de tu redacción. ¿Cuál es el propósito principal de tu escrito? ¿Deseas informar a tus lectores sobre un tema específico? ¿Estás tratando de persuadirlos para que adopten un punto de vista particular?

¿Tu objetivo es describir algo de manera detallada o entretener a tus lectores con una historia interesante?

Al definir la intención de tu redacción desde el principio, podrás ajustar el tono, el estilo y el enfoque de tu escritura para lograr el efecto deseado. Esto te permitirá comunicarte de manera efectiva con tu audiencia y lograr tus objetivos.

Define la estructura de tu redacción

Una vez que hayas investigado y comprendido el tema, es hora de definir la estructura de tu redacción. Esto implica crear un esquema que actúe como una guía para organizar tus pensamientos y asegurarte de que tu redacción fluya de manera coherente. Un esquema básico puede incluir una introducción, varios puntos principales y una conclusión.

Cada punto principal puede desarrollarse en párrafos separados y puede tener subpuntos para proporcionar más detalles y ejemplos. La estructura que elijas dependerá del tipo de redacción que estés escribiendo y de tus objetivos específicos.

Crea un esquema

El proceso de crear un esquema te brinda una visión clara de la estructura general de tu redacción. Puedes comenzar con una introducción que capte la atención del lector y presente tu tema de manera interesante. Luego, en el cuerpo de la redacción, desarrollarás cada uno de los puntos principales identificados en tu esquema.

Para cada punto, proporcionarás evidencia, ejemplos y argumentos sólidos que respalden tus afirmaciones. Finalmente, en la conclusión, recapitularás tus puntos principales y los vincularás nuevamente con tu declaración de tesis, demostrando cómo tus argumentos respaldan tu posición o punto de vista.

Desarrolla la tesis

Dentro de tu esquema, es fundamental desarrollar una declaración de tesis sólida y clara. La tesis es la afirmación principal que deseas transmitir en tu redacción y es el hilo conductor que unifica todo el texto. Debe ser específica, concisa y enfocada en el tema central de tu redacción.

Al elaborar tu tesis, considera los argumentos y las evidencias que utilizarás para respaldarla. Una vez que hayas establecido una declaración de tesis sólida, te servirá como un recordatorio constante de tu objetivo principal mientras escribes.

Empieza con una introducción atractiva

La introducción es un elemento crucial de tu redacción, ya que es lo primero que los lectores verán y determinará si continuarán leyendo. Para captar la atención del lector, puedes utilizar diferentes estrategias.

Por ejemplo, puedes comenzar con una pregunta intrigante que invite a la reflexión, compartir una estadística sorprendente o presentar una breve anécdota relacionada con el tema. El objetivo principal de la introducción es generar interés y establecer el tono adecuado para el resto de la redacción.

Capta la atención del lector

Una introducción impactante es aquella que logra captar la atención del lector desde el principio. Puedes lograrlo al presentar información sorprendente, intrigante o relevante para el tema de tu redacción.

Por ejemplo, si estás escribiendo sobre el impacto del cambio climático, podrías comenzar con una estadística impactante sobre el aumento de las temperaturas globales.

También puedes despertar la curiosidad del lector al plantear una pregunta interesante o al contar una breve historia que se relacione con el tema. Al captar la atención del lector en la introducción, estarás creando el interés necesario para que continúen leyendo y se involucren con tu redacción.

Introduce la tesis

Además de captar la atención del lector, la introducción también debe presentar la declaración de tesis que has desarrollado. La tesis debe ser clara y concisa, y debe proporcionar una idea clara de la postura o el argumento que desarrollarás en la redacción.

Al presentar la tesis al final de la introducción, le das al lector una idea anticipada de los puntos clave que discutirás más adelante en la redacción. Esto establece las expectativas y ayuda al lector a comprender el propósito y el enfoque de tu trabajo desde el principio.

Escribe el cuerpo de la redacción

Una vez que hayas establecido una introducción sólida, es hora de desarrollar el cuerpo de tu redacción. En esta sección, ampliarás cada uno de los puntos principales que identificaste en tu esquema, asegurándote de que cada punto tenga su propio párrafo dedicado.

Desarrolla tus puntos principales

Cada punto principal de tu redacción debe ser desarrollado de manera clara y coherente.

En cada párrafo, explora a fondo el tema y proporciona argumentos y ejemplos que respalden tu posición o punto de vista. Puedes utilizar citas de expertos, estadísticas relevantes, estudios de caso o ejemplos históricos para respaldar tus afirmacione

Asegúrate de que cada párrafo esté bien estructurado, con una idea principal clara y oraciones de apoyo que fluyan de manera lógica y coherente.

Proporciona evidencia

A medida que desarrollas cada uno de tus puntos principales, es esencial respaldar tus argumentos con evidencia sólida. La evidencia puede tomar muchas formas, como citas de fuentes confiables, datos y estadísticas verificables, ejemplos concretos o experiencias personales relevantes.

Al proporcionar evidencia, estás fortaleciendo tus argumentos y brindando credibilidad a tus afirmaciones. Asegúrate de citar tus fuentes correctamente y proporcionar suficiente contexto para que los lectores comprendan la relevancia de la evidencia presentada.

Concluye con fuerza

La conclusión es la parte final de tu redacción y es tu última oportunidad de dejar una impresión duradera en el lector. Una conclusión efectiva debe reforzar tus argumentos y proporcionar un cierre satisfactorio.

Recapitula tus puntos principales

Al comenzar la conclusión, es útil recapitular brevemente los puntos principales discutidos en el cuerpo de la redacción. Esto ayuda a reforzar tus argumentos y recordarle al lector los aspectos más importantes de tu trabajo. Sin embargo, evita simplemente repetir lo que ya has dicho; en cambio, resume y sintetiza los puntos clave de manera concisa.

Vincula la conclusión con la tesis

Además de recapitular los puntos principales, es importante vincular tu conclusión nuevamente con la declaración de tesis.

Demuestra cómo tus argumentos y evidencias respaldan y refuerzan tu tesis inicial. Esta conexión final refuerza la coherencia de tu redacción y muestra cómo has logrado respaldar tu posición a lo largo del texto.

Finalmente, puedes concluir tu redacción con un pensamiento final, una pregunta retórica o una llamada a la acción. Esta elección dependerá de la intención y el propósito de tu redacción.

Un pensamiento final puede ser una reflexión personal que sintetice los puntos clave de tu trabajo. Una pregunta retórica puede invitar a los lectores a seguir pensando sobre el tema o a reflexionar sobre las implicaciones de lo que has discutido. Una llamada a la acción puede inspirar a los lectores a tomar medidas concretas en relación con el tema tratado en tu redacción.

¡Sorprende a todos con tu talento!

Empezar una redacción puede parecer desalentador, pero con la comprensión adecuada del tema, una estructura definida y una introducción atractiva, estás bien equipado para enfrentarte a cualquier desafío de escritura.

Recuerda: la escritura es un proceso, y está bien tomar tu tiempo para asegurarte de que cada elemento, desde la introducción hasta la conclusión, sea tan fuerte como sea posible. ¡Buena suerte con tu redacción!

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